Algunas compañías multinacionales tienen como política, después de cierto tiempo, enviar a parte de sus colaboradores a otros países, ofreciéndoles la oportunidad de compartir sus conocimientos, además de desarrollar nuevas habilidades y experiencias para su desempeño profesional y en beneficio de la organización. Estas son algunas de las razones principales por las que una compañía decide mover a su colaborador a una nueva locación.
Esta noticia muchas veces llega de sorpresa tanto para el colaborador como para cada uno de los integrantes de su familia.
Una vez que el colaborador acepta tomar este nuevo reto profesional, entra a una etapa llena de sentimientos, emociones y pensamientos entrelazados con expectativas, miedos e incertidumbres, ya que esta decisión implica que él, su familia y sus pertenecías cambien de rumbo, es decir hacer como “el caracol”, con su casa al hombro para emprender un nuevo viaje e iniciar una nueva vida en todos los aspectos, laboral, familiar, social y emocional.
Generalmente, las familias que deciden enfrentar esta nueva aventura, desarrollan habilidades como: la resiliencia, flexibilidad, tolerancia, creatividad desde nuevas perspectivas, empatía, adaptación, resolución de problemas, entre otras. Las cuales se convierten en herramientas para enfrentar los desafíos que se presentan día a día.
En muchos casos la unión familiar se reafirma puesto que son “todos para uno y uno para todos”, afrontando juntos la situación de una manera más fuerte y amorosa. En otras ocasiones existe la posibilidad de que alguno de los miembros no acepte de manera fácil la decisión familiar y eso conlleva a mayor número de desafíos. Desde el punto de vista de un observador externo, la experiencia es inigualable y mágica sin tener en cuenta los diferentes retos que solo los conocen quienes lo viven y afrontan.
Después de decir: “SÍ”, comienza la fase del desapego a los lazos que se han creado en el lugar actual o lugar de origen, se experimentan momentos de negación y melancolía por dejar atrás todo los que se ha construido en el tiempo de permanencia en su locación actual. Simultáneamente, se inicia una etapa de ansiedad y expectativa por lo que se espera encontrar en el nuevo lugar. Comienzan las despedidas, abrazos, lágrimas, melancolía, compras de última hora, con el fin de poder llevarse los mejores recuerdos del país. Se aprovecha en viajar y conocer los sitios que quedaban por visitar ya que nunca se sabe si esta locación se repetirá. Se realiza la mudanza y llega la hora de la partida a la nueva vida.
Es en ese momento donde se aplica la leyenda del viajero sabio que vivía en la cima de una montaña y las personas que se mudaban a otros pueblos siempre tenían que pasar frente a él. Fue así como un joven que deseaba cambiar de vida, pasa frente a la casa del sabio, se detiene y le hace la pregunta; ¿maestro cómo es la gente en el pueblo vecino? Y el Maestro le responde, ¿Cómo era la gente del pueblo de donde vienes?...
De acuerdo a esto, cada persona tendrá su propia percepción y su experiencia dependerá de la manera como lo viva y experimente.
Cuando llegan a su nueva locación todo es novedad, tanto para el colaborador como para su familia. La experiencia de conocer cómo es la ciudad, el clima, las personas, las reglas, los procedimientos y trámites que se deben realizar para poder ir armando el rompecabezas que se necesita para iniciar la nueva vida. En la mayoría de los casos, paralelamente, la búsqueda de casa, colegios etc., es un periodo de tiempo que conlleva estrés y muchas expectativas, lo cual se va nivelando a medida que se van cumpliendo uno a uno los requerimientos iniciales. Todo esto acompañado de la nostalgia que se siente por haber dejado atrás la antigua vida. Hay momentos donde surgen pensamientos de comparación y desilusión combinados con sorpresas en situaciones inesperadas las cuales generan alegrías y apertura con el fin de poder permitirse la posibilidad de explorar las ventajas y novedades que tiene para ellos la nueva locación.
Es importante reconocer la realidad que vive el colaborador al llegar a su nueva posición, debe enfrentarse a un nuevo ambiente laboral, es decir, nuevos retos profesionales, adaptación cultural y nuevos estándares organizacionales, lo cual implica sacar a flote sus capacidades adaptativas y de resiliencia, con el fin de que su incorporación laboral y social sea lo más rápido y eficaz posible.
El proceso de adaptación conlleva tiempo y paciencia debido a que por un periodo se vive en un carrusel de emociones. A medida de que el tiempo pasa se inicia la socialización, en el colegio, empresa, vecinos, grupos con diferentes afinidades, donde se generan vínculos estrechos de amistades que se convierten en la familia extendida. La creación de lazos, nexos y apegos al lugar en donde se están adaptando hace que la vida se vuelva más fácil de llevar. De esta manera todos empiezan a vivir su experiencia creando la realidad que desean y contando con los recursos y herramientas que han ido fortaleciendo cada día, enfrentando todos los retos a los que se han tenido que enfrentar.
Otro desafío importante que se genera después que la persona o familia hayan liderado y establecido la estabilidad en su nuevo hogar, es decir, cuando el colaborador ya está en la oficina trabajando, sus hijos en el colegio o universidades, se tiene claro dónde acudir de acuerdo a cada necesidad y se cuenta con una red de contactos básica para sobrevivir, podrían surgir preguntas a la persona que acompaña al expatriado (da) como: ¿y yo que voy hacer? ¿Estudiar, trabajar o me quedo en casa? Este momento es crucial para la estabilidad familiar, puesto que es tiempo de continuar laboralmente, innovar o reinventarse, lo que para muchos de los acompañantes es un desafío fuerte porque implica salir de su zona de confort a un ambiente desconocido, donde lo que prevalece es la fuerza interna y las ganas de seguir su propósito, independientemente de la decisión que se tome, debe hacerse desde lo más profundo del corazón y con inteligencia emocional, con el fin de poder estar bien personalmente y continuar brindando ese bienestar a los que los rodean.
La vida del expatriado es una vida llena de retos, muy interesante ya que se conocen personas, países, culturas, se aprenden idiomas, aprecian las diferencias y se respetan, generando un sentido de pertenencia global como ciudadanos del mundo y embajadores de su propio país.
Nada es fácil en la vida, lo más importante es darse la oportunidad de disfrutar el viaje y así cuando se llega a la parada, estemos listos para tomar el siguiente tren cargado de experiencias y los deseos de seguir viviendo nuevas aventuras.
La acción y la adaptabilidad crean posibilidades.
- Yann Martel
Artículo escrito por Ana Milena Ortiz Vásquez, Líder de Sueños e Innovación en Sandor.
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